"Tu regalo lo tienes en casa. Cuando lo quieras, vas"
Efectivamente, las primeras palabras que la novia de mi padre me dedicó al verme ayer. Lo único que pude contestar fue que ya me pasaría. Pero el caso es que nunca voy a esa casa.
Excepto cuando no me queda más remedió, es decir, en Navidad.
Es la casa donde vive mi padre, con esa mujer, sus dos hijos (en los que mi padre no tiene nada que ver) y la madre de ella. Yo lo llamo "el clan".
Me parece increíble que me digan que vaya yo a buscar mi regalo de cumpleaños. Hasta donde alcanza mi comprensión, cuando compras un regalo para quien sea, estás deseando darselo, y se lo llevas cuando vas a coincidir.
No le haces que vaya a busarlo.
He decidido que no voy a ir a buscarlo, por varias razones:
La primera, no me gusta que me chantajeen y menos con regalos. He tenido bastante de eso durante mi infancia, gracias.
La segunda, si no voy a esa casa es por que no quiero y aunque alli haya algo para mí, no me apetece ir a recogerlo.
La tercera, esa mujer no debe meterse en la relación que tiene mi padre conmigo, porque yo se que aunque lo hace con la buena intención de que vaya a verle y nuestra relación pueda mejorar en algún aspecto, si ha estado mal siempre, no va a mejorar ahora, porque ya no le necesito.
Así que no sé qué será, y mucho me temo que seguiré sin saberlo durante bastante tiempo. No sé coómo acabará este episodio, pero tampoco me importa.
Seguro que no aciertan ni de lejos con lo que me gusta.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario