Ayer, domingo 6 de marzo, tuve la comida familiar en la que se celebró mi cumpleaños con la mitad materna de mi familia.
Tras los ataques de nervios de mi madre, mi hermano pegándose con el fuego de la barbacoa y el perro con un empacho de papel de baño, llegaron los invitados.
Como siempre, mis tios los primeros.
Entraron como un huracán y pasaron de largo. Vale, soy pequeñita pero se me ve lo suficiente como para comprender que estaba situada en medio del pasillo.
Mi tia me dio dos besos casi por cortesía y me deslizó un sobre. Con unos pendientes y una pulsera.
No uso ni pendientes ni pulseras desde hace bastante.
Mi tío por fin calló en la cuenta de que la barbacoa no se celebraba por gusto y en lugar de felicitarme felicitó a mi madre, que cumplió años hace exactamente un mes.
Luego, me tocó el turno. Después de echarme dos años más de los que realmente tengo y seis más de los que aparento me abrazó hasta hacerme crujir las costillas y no volví a acercarme a él en todo el día.
Mi prima llegó la siguiente. Mi prima, con su marido, su hijo pequeño y su vientre a punto de reventar fueron la alegría de la tarde.
Me regalaron una caja con geles y una esponja de baño que me va a hacer el apaño cuando próximamente me vaya de viaje. Huelen genial.
Mi primo apareció bastante tarde con unas ojeras hasta el suelo, bastante comprensibles ya que trabaja de noche. ¿He mencionado que le tocó la lotería?
No me dió ni las gracias por abrirle la puerta de mi casa e invitarle a comer. Tampoco me importa, nuestra relación siempre ha sido así y así seguirá siendo.
Su mujer no apareció, lo cual es una pena.
Como si fuera tradición, alguien criticó la empanada casera de mi madre, el cocinero dejó la panceta sin hacer y el pollo pareció benceno más que ave.
Y la tarta fue de queso.
Odio la tarta de queso.
En fin, espero que la semana que viene, con la mitad paterna, alguien me tenga en consideración y por lo menos sople 22 velas en lugar de 457...
lunes, 7 de marzo de 2011
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1 comentarios:
A mí hace poco me echaron tres años más de los que tengo. Qué mala uva...
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