¿Qué hacer?
Por un lado, me dicen que siga alante, que no es mucho lo que tengo que perder y por el otro, me dicen que piense en eso que arriesgo.
Mi primer impulso es dejarme llevar y seguir adelante con el proceso judicial. Al fin y al cabo, nunca desde que se fué hemos estado demasiado unidos, nunca nos hemos preocupado de llevar una relación normal... Ni siquiera tengo un recuerdo agradable con él de los últimos catorce años.
Pienso en todos los roces, más grandes y menos, que hemos tenido y entonces es cuando esas ganas de seguir se afianzan, cuando realmente pienso que en el fondo, aunque perdamos el contacto, no le echaré de menos.
Entonces la otra parte, la que dice que no lo haga, habla.
Y me dice que piense que pese a todo, él va a ser quien es durante el resto de mi vida, y que por tanto, aunque esté enfadada, debo tragar, porque un dia puede que le necesite, y si me meto ahora en juicios, lo más seguro es que no esté.
Y con él el resto de los que le rodean, que sí que son importantes para mí.
Así que no sé que hacer. Seguir adelante implica muchas cosas, y no seguir muchas otras. Sin embargo y a pesar de todo la única cosa que me ciega, y me hace seguir pase lo que pase es el hecho de que, si no sigo, es posible que mis sueños mueran a medio terminar...
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