Tenía la ilusión de que al menos se acordara, aunque fuera tarde, de lo importante que ha sido esta semana para mí.
Tenía la ilusión de que mostrara un poco de interés sobre lo que ocurre en mi vida.
Tenía la ilusión de que compartiera conmigo al menos un poco de nerviosismo al respecto.
Pero una vez más me ha demostrado que todo lo que digo no importa.
Una vez más me ha demostrado que no le interesa si soy un deshecho humano o intento hacer algo con mi vida.
Una vez más soy un cero a la izquierda en su lista de prioridades.
Ni siquiera sabía de qué estaba hablando.
Ni siquiera ha intentado enterarse.
A veces me pregunto por qué sigo teniendo esperanzas en que un día se acuerde de nosotros, si despues de tantos años debería tener más que sabido que eso no va a ocurrir.
Sólo queda entonces desear no comportarme de esa manera con mis futuros hijos.
Y desear que ellos tengan la suerte de tener un padre que los considere importantes.
domingo, 30 de enero de 2011
martes, 18 de enero de 2011
La veo desanimada, triste y desganada con todo cuanto la rodea.
La oigo hablar y su voz no es la misma. La escucho decir que no quiere levantarse al día siguiente. Y no me cuenta nada, ni aunque pregunte.
Intento acercarme, intentar comprender qué la pasa por la cabeza. Intento hablar con ella. Intento sacarla una sonrisa al día.
Pero nada funciona.
Así que desisto. Desaparezco de la habitación una vez más y me refugio en el suave calor de la pantalla del ordenador, donde al menos puedo expresar el daño que me hace al ignorarme.
Porque suena el teléfono.
Y entonces la voz la cambia, y al volver, sonríe.
Porque hay alguien que la entiende mejor que yo.
Y sé que es normal, sé que las cosas deben ser así, pero me siento a parte de todo, porque todos lo saben y yo no.
Y no puedo pintar sonrisas si no sé qué lienzo debo alisar antes.
La oigo hablar y su voz no es la misma. La escucho decir que no quiere levantarse al día siguiente. Y no me cuenta nada, ni aunque pregunte.
Intento acercarme, intentar comprender qué la pasa por la cabeza. Intento hablar con ella. Intento sacarla una sonrisa al día.
Pero nada funciona.
Así que desisto. Desaparezco de la habitación una vez más y me refugio en el suave calor de la pantalla del ordenador, donde al menos puedo expresar el daño que me hace al ignorarme.
Porque suena el teléfono.
Y entonces la voz la cambia, y al volver, sonríe.
Porque hay alguien que la entiende mejor que yo.
Y sé que es normal, sé que las cosas deben ser así, pero me siento a parte de todo, porque todos lo saben y yo no.
Y no puedo pintar sonrisas si no sé qué lienzo debo alisar antes.
domingo, 16 de enero de 2011
Hoy, mientras revolvía unos papeles, encontré ese cuaderno amarillo.
Cuando quise darme cuenta, me había enfrascado tanto en su lectura que comencé a sentir la agonía que sentí en aquellos momentos.
Aquellos primeros besos, primeras caricias, aquel primer te quiero que salió de nuestros labios, aquel ocho de agosto, las discusiones, las mentiras, y el final.
Y la hoguera en la aquellos dos años quedaron destruidos como si nunca hubieran existido.
Pienso en cómo hemos cambiado, tanto tiempo después.
Pienso en todas las cosas que aprendí contigo.
Pienso en lo malo... y entonces vuelvo al presente.
Y la puerta entreabierta se cierra de golpe y es cubierta suavemente por las rosas del hermoso rosal en que vivo ahora.
A veces pienso que debería quemarlo.
Cuando quise darme cuenta, me había enfrascado tanto en su lectura que comencé a sentir la agonía que sentí en aquellos momentos.
Aquellos primeros besos, primeras caricias, aquel primer te quiero que salió de nuestros labios, aquel ocho de agosto, las discusiones, las mentiras, y el final.
Y la hoguera en la aquellos dos años quedaron destruidos como si nunca hubieran existido.
Pienso en cómo hemos cambiado, tanto tiempo después.
Pienso en todas las cosas que aprendí contigo.
Pienso en lo malo... y entonces vuelvo al presente.
Y la puerta entreabierta se cierra de golpe y es cubierta suavemente por las rosas del hermoso rosal en que vivo ahora.
A veces pienso que debería quemarlo.
viernes, 14 de enero de 2011
Incertidumbre
El miedo se fue instalando en mi interior a medida que pasaban los días, y en el momento en que la sospecha se hizo real aquella tarde, no pude frenar lo que venía germinando.
¿Me querrías igual?
¿Estarías ahi conmigo?
¿Dejarías que llorara en tu hombro?
¿Me cuidarías?
Poco a poco, mis pensamientos fueron haciéndose más intensos, a la vez que yo misma disfrutaba de cada minuto contigo e intentaba, muchas veces sin éxito, no pensar en que teníamos una bomba de relojería que podría estallar en cualquier momento.
¿Me verías con los mismos ojos?
¿Se apagaría la pasión?
¿Seguiría siendo importante para tí?
¿Te cansarías?
Entonces, en los últimos días antes de la prueba definitiva, inconscientemente me alejaba de tí. Quizá intentaba protegerte, o protegerme, de todo lo que podría haber pasado.
Quizá intenté que bajáramos un poco de ese cielo en el que flotamos para no darnos tan fuerte contra el suelo.
Porque sueño con un futuro contigo, aunque lo niegue.
Porque te amo con toda mi alma y seguiré haciéndolo.
Porque soy idiota y no tengo remedio.
¿Me querrías igual?
¿Estarías ahi conmigo?
¿Dejarías que llorara en tu hombro?
¿Me cuidarías?
Poco a poco, mis pensamientos fueron haciéndose más intensos, a la vez que yo misma disfrutaba de cada minuto contigo e intentaba, muchas veces sin éxito, no pensar en que teníamos una bomba de relojería que podría estallar en cualquier momento.
¿Me verías con los mismos ojos?
¿Se apagaría la pasión?
¿Seguiría siendo importante para tí?
¿Te cansarías?
Entonces, en los últimos días antes de la prueba definitiva, inconscientemente me alejaba de tí. Quizá intentaba protegerte, o protegerme, de todo lo que podría haber pasado.
Quizá intenté que bajáramos un poco de ese cielo en el que flotamos para no darnos tan fuerte contra el suelo.
Porque sueño con un futuro contigo, aunque lo niegue.
Porque te amo con toda mi alma y seguiré haciéndolo.
Porque soy idiota y no tengo remedio.
martes, 4 de enero de 2011
Enero.
Han pasado seis meses desde que el hambriento lobo sucumbiera a la tentación y optara por fin por morderme.
Aquel día que tanto había esperado llegó de forma tan inesperada que el corazón se me desboca cada vez que lo recuerdo.
La sensación de tenerte tan cerca de mi cuello, de tu aliento rozándome de forma sublime, erizándome cada centímetro de piel...
Ese primer contacto de tus labios con los mios desató una fuerza que desde entonces no puedo contener.
Hoy, medio año después, veo un rosal resplandeciente que tiene ganas de seguir creciendo hacia el cielo y llegar tan alto que no se distinga su final.
Porque no quiero ver ese final, quiero perderlo de vista, quiero alargar nuestro camino hasta el infinito y luchar por y para ello, y hacer que te sientas orgulloso.
Tan orgulloso que no quieras marcharte nunca, porque el tiempo se detiene cuando me dices que me quieres.
Porque cuando paseamos cogidos de la mano, floto.
Porque cuando me besas siento que tengo la Luna a mis pies.
Porque cuando me abrazas me encuentro en el lugar más confortable que se pueda imaginar.
Porque despertarme a tu lado me hace sentir la mujer más afortunada del planeta.
Gracias por estos seis primeros meses tan maravillosos. Te quiero ^^
Aquel día que tanto había esperado llegó de forma tan inesperada que el corazón se me desboca cada vez que lo recuerdo.
La sensación de tenerte tan cerca de mi cuello, de tu aliento rozándome de forma sublime, erizándome cada centímetro de piel...
Ese primer contacto de tus labios con los mios desató una fuerza que desde entonces no puedo contener.
Hoy, medio año después, veo un rosal resplandeciente que tiene ganas de seguir creciendo hacia el cielo y llegar tan alto que no se distinga su final.
Porque no quiero ver ese final, quiero perderlo de vista, quiero alargar nuestro camino hasta el infinito y luchar por y para ello, y hacer que te sientas orgulloso.
Tan orgulloso que no quieras marcharte nunca, porque el tiempo se detiene cuando me dices que me quieres.
Porque cuando paseamos cogidos de la mano, floto.
Porque cuando me besas siento que tengo la Luna a mis pies.
Porque cuando me abrazas me encuentro en el lugar más confortable que se pueda imaginar.
Porque despertarme a tu lado me hace sentir la mujer más afortunada del planeta.
Gracias por estos seis primeros meses tan maravillosos. Te quiero ^^
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