Mientras despunta el alba, nos acercamos al suave límite del pecado.
Arriesgándonos a todo y a la vez a nada el mundo se detuvo para nosotros.
Sólo el cielo era consciente de lo que ocurría.
Eléctrico tacto, suave sensación.
Bloqueo absoluto de la mente, llueve desde dentro.
Miradas que se cruzan, ruborizadas, no ven más allá. Sólo existimos el uno para el otro, cubiertos por la suave burbuja de la privacidad y a la vez tan expuestos.
Enroscados cual serpientes con tacto aterciopelado, me descubres.
Corrían los temblores bajo mi piel. Estremecida, deseaba que me amases como nunca antes has amado.
El travieso tiempo, lamentablemente, no quiso jugar con nosotros.
La verdadera maravilla está en la permanencia de todo esto.
Porque, aun sin dormir, conseguimos soñar.
miércoles, 28 de julio de 2010
miércoles, 21 de julio de 2010
cordura
Sentada en la penumbra de mi habitación, intentando aguantar el sofocante calor de julio escucho los gorriones cantar mientras mi mente poco a poco va dejando paso libre a todo pensamiento.
- Porque no eres capaz de vivir sin él, porque te tiene atada. Porque no te deja volar. Nunca serás capaz de vivir sola, porque él te ha hecho creer que así es.
Sin embargo he demostrado que no es así. Puedo hacer mi vida lejos de tu abrazo, aunque a veces el miedo se me consuma por dentro y tema cerrar los ojos por si el malvado nigromante vuelve.
No quiero más noches amargas. No más gritos ni sofocos.
No más tensión.
He arriesgado mucho más de lo que imaginas en esto, porque creo en ti, creo en lo que sientes, y que merece la pena apostar por ello.
¿Y aún te permites dudar?
Hace mucho tiempo que dejé tolerar que la duda se apoderara de mi, porque a la más mínima debilidad, él se aprovechará y volvera cada noche. No dejaré que eso suceda jamás.
Cooreré el riesgo de perder la cordura. Correré el riesgo de perder la cuerda que me hacía ser una persona normal.
Por ti.
Porque te quiero.
- Porque no eres capaz de vivir sin él, porque te tiene atada. Porque no te deja volar. Nunca serás capaz de vivir sola, porque él te ha hecho creer que así es.
Sin embargo he demostrado que no es así. Puedo hacer mi vida lejos de tu abrazo, aunque a veces el miedo se me consuma por dentro y tema cerrar los ojos por si el malvado nigromante vuelve.
No quiero más noches amargas. No más gritos ni sofocos.
No más tensión.
He arriesgado mucho más de lo que imaginas en esto, porque creo en ti, creo en lo que sientes, y que merece la pena apostar por ello.
¿Y aún te permites dudar?
Hace mucho tiempo que dejé tolerar que la duda se apoderara de mi, porque a la más mínima debilidad, él se aprovechará y volvera cada noche. No dejaré que eso suceda jamás.
Cooreré el riesgo de perder la cordura. Correré el riesgo de perder la cuerda que me hacía ser una persona normal.
Por ti.
Porque te quiero.
miércoles, 14 de julio de 2010
Rosal
En mi camino encontré muchos jardineros. Me han querido, me han odiado y hasta me han quemado, pero siempre he renacido y vuelto a florecer donde menos te lo esperas.
Ahora que por fin reconoces mi presencia en tu mundo, es hora de leer las hojas de instrucciones.
Puedo darte las mayores alegrías pero también las mayores penas.
Tengo un tallo fuerte a prueba de golpes, pero como tallo no soy nada. Necesito florecer y eso sólo puedes conseguirlo tú.
¿Y cómo conseguirlo? Muy fácil, presta atención. Sólo necesito que me nutras, me des calor y me mimes, pero sin quitarme el aire porque sin aire no puedo vivir. No me ahogues.
Cuidame y yo floreceré. Nútreme, dame agua de vida que me dé fuerza para sacar lo mejor de mí y darte las mas bellas flores que puedo ofrecer. Dejaré que las cortes y te las lleves sin clavarte mis espinas. No te preocupes, sé que tienes buen corazón y que no me harás daño. Dame la confianza necesaria para saber que no despreciarás esas flores que tanta energía gastan.
Sin embargo, sé que piensas que entre mis hojas hay abejas que esperan saltar y picarte. No tengas miedo, tienes el antídoto perfecto, sólo tienes que usarlo y ellas no te harán nada, puedo asegurarlo.
- No quería perderte... al menos no tan pronto.
...
Ahora que por fin reconoces mi presencia en tu mundo, es hora de leer las hojas de instrucciones.
Puedo darte las mayores alegrías pero también las mayores penas.
Tengo un tallo fuerte a prueba de golpes, pero como tallo no soy nada. Necesito florecer y eso sólo puedes conseguirlo tú.
¿Y cómo conseguirlo? Muy fácil, presta atención. Sólo necesito que me nutras, me des calor y me mimes, pero sin quitarme el aire porque sin aire no puedo vivir. No me ahogues.
Cuidame y yo floreceré. Nútreme, dame agua de vida que me dé fuerza para sacar lo mejor de mí y darte las mas bellas flores que puedo ofrecer. Dejaré que las cortes y te las lleves sin clavarte mis espinas. No te preocupes, sé que tienes buen corazón y que no me harás daño. Dame la confianza necesaria para saber que no despreciarás esas flores que tanta energía gastan.
Sin embargo, sé que piensas que entre mis hojas hay abejas que esperan saltar y picarte. No tengas miedo, tienes el antídoto perfecto, sólo tienes que usarlo y ellas no te harán nada, puedo asegurarlo.
- No quería perderte... al menos no tan pronto.
...
miércoles, 7 de julio de 2010
Lobo
Hace seis meses, ella no sabía qué iba a ocurrir con su vida una vez trascurrido ese tiempo. Sólo tenía clara una cosa: que esa luz no se apagara jamás, por mucho dolor que eso pudiera causarle, y por mucho que él no pudiera escucharla.
Un día, mientras el sol se desperezaba, decidió que aquello no podía seguir así. Había estado jugando con fuego demasiado tiempo y ahora era imposible dar marcha atrás, así que corrió y gritó con todas sus fuerzas...
En el claro apareció por fin el lobo que, con miedo pero impasible, se sentó a su vera.
Ella, consciente de su presencia, ni siquiera era capaz de mirarlo. Trató de convencerse a sí misma de que a pesar de todo, era manso y no la haría daño. Poco a poco disfrutaron de la presencia del otro en aquel suave prado.
Lentamente, su luz se fue encontrando. Se fueron acercando, abriéndose al otro...
Y un día, la inanición pudo con los instintos del lobo. Ella llevaba esperando ese momento desde que lo vió entrar en escena, y, a pesar de que se negaba a creerlo, realmente ocurrió.
Ramalazo. Calor. Rubor.
Desde entonces, algo cambió entre ellos.
Algo que, sin saber porqué, ella teme. Porque no quiere lastimar al lobo. Porque no quiere ser lastimada. Porque teme fallar, quiere saber qué es lo que debe hacer para que eso salga adelante. Está más que dispuesta a todo.
Ahora solo queda que se enfrenten a esos temores y se entreguen por fin a amarse, porque juntos pueden hacer que ésto sea una historia digna de cuento de hadas... antes de que termine esta noche y despierte de nuevo sin ti a mi lado.
Un día, mientras el sol se desperezaba, decidió que aquello no podía seguir así. Había estado jugando con fuego demasiado tiempo y ahora era imposible dar marcha atrás, así que corrió y gritó con todas sus fuerzas...
En el claro apareció por fin el lobo que, con miedo pero impasible, se sentó a su vera.
Ella, consciente de su presencia, ni siquiera era capaz de mirarlo. Trató de convencerse a sí misma de que a pesar de todo, era manso y no la haría daño. Poco a poco disfrutaron de la presencia del otro en aquel suave prado.
Lentamente, su luz se fue encontrando. Se fueron acercando, abriéndose al otro...
Y un día, la inanición pudo con los instintos del lobo. Ella llevaba esperando ese momento desde que lo vió entrar en escena, y, a pesar de que se negaba a creerlo, realmente ocurrió.
Ramalazo. Calor. Rubor.
Desde entonces, algo cambió entre ellos.
Algo que, sin saber porqué, ella teme. Porque no quiere lastimar al lobo. Porque no quiere ser lastimada. Porque teme fallar, quiere saber qué es lo que debe hacer para que eso salga adelante. Está más que dispuesta a todo.
Ahora solo queda que se enfrenten a esos temores y se entreguen por fin a amarse, porque juntos pueden hacer que ésto sea una historia digna de cuento de hadas... antes de que termine esta noche y despierte de nuevo sin ti a mi lado.
sábado, 3 de julio de 2010
Tarde de lluvia.
Y con la música de fondo, poco a poco te vas abriendo.
Poco a poco me permites acercarme, abres tu burbujita permitiéndome la entrada,y lo que un día sólo fué un vistazo, se volvió magia.
Bum, bum, bum...
y mi pelo volvió a ser afortunado.
Bum, bum, bum...
Y en el momento en que tus brazos se cerraron en torno a mí, mi corazón se detuvo.
Y el tuyo también.
El reloj va contra nosotros, avanzando demasiado deprisa, ansioso por separarnos otra vez para ralentizarse antes de volvernos a juntar.
Mientras el tiempo no avance, me conformaré con verte cada noche...
Poco a poco me permites acercarme, abres tu burbujita permitiéndome la entrada,y lo que un día sólo fué un vistazo, se volvió magia.
Bum, bum, bum...
y mi pelo volvió a ser afortunado.
Bum, bum, bum...
Y en el momento en que tus brazos se cerraron en torno a mí, mi corazón se detuvo.
Y el tuyo también.
El reloj va contra nosotros, avanzando demasiado deprisa, ansioso por separarnos otra vez para ralentizarse antes de volvernos a juntar.
Mientras el tiempo no avance, me conformaré con verte cada noche...
viernes, 2 de julio de 2010
Y punto.
Veo esa marca del anillo en mi dedo. Una franja más blanca que el resto, recordándome constantemente todo lo que vivimos juntos. Todas las veces que reímos, que lloramos y que nos juramos amor eterno.
Y recordándome que ya nada de eso existe.
Sin embargo... quién me iba a decir que tumbarme en el cesped y maquinármelas para picarte iba a proporcionarme tal paz...
Y esa paz sería mucho mayor para ambos si dejaras de un lado el autocontrol.
Lamento haberme asustado cuando sólamente ibas a quitarme un trozo de hierba del pelo, pero sabes que nunca lo diré, aunque me muera de ganas de pedírte disculpas por ello.
Y recordándome que ya nada de eso existe.
Sin embargo... quién me iba a decir que tumbarme en el cesped y maquinármelas para picarte iba a proporcionarme tal paz...
Y esa paz sería mucho mayor para ambos si dejaras de un lado el autocontrol.
Lamento haberme asustado cuando sólamente ibas a quitarme un trozo de hierba del pelo, pero sabes que nunca lo diré, aunque me muera de ganas de pedírte disculpas por ello.
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